La belleza atrae a malvados, más que a cualquier cosa hay de lavanda un bombón, en mujeres con tibios manjares. Y hay ceremonia en la tormenta Y hay también un topacio en brasil que quita los dolores, y un abundante buffet en hoteles esperando en tu suite por la cita. Y hay ceremonia en la tormenta Finocristal licor de ecuador en la copa refleja tu risa y así ves que no alcanzará a calmar esa sed que afiebra Y siempre te sentís vulgar si alquilascrucerosde amor corazón encadenado y triste ¿qué guardas en tu aburrida virtud? Fuego prendés, un leño acercás paladeás castañas asadas y mirás el mar y la vida se ve demasiado gris sin deseos Y hay ceremonia en la tormenta Te bronceas y eligís y querés atrapar esa linda piba de Borneo, la corres, la alcanzas y el amor se te va otra vez se escapa de tus manos. Y hay ceremonia en la tormenta poderoso dios de amor, envía la tormenta yá!
Falta poco indio mío, falta poco, pienso en todo lo que significaste para mí este verano, en cómo me acompañaste en mi viaje a córdoba, pienso en lo mucho que voy a sentir cuando te vea y me emociono. Nunca me fallaste, siempre estuviste conmigo y al fin voy a estar con vos. Falta poco.
Que curioso desarrollo tienen las tramas de una vida, quién podría sacar balance, si de un lado se pesan las infinitas desgracias y del otro los valiosos placeres. Qué fluctuación extraña, que eterna batalla yace escondida bajo las capas del alma humana.
Los datos hablan por sí solo:
Con pómez limaste los jazmines, y aullaron y ahora, te muerde los talones el fuego tus adivinos, esta vez no te avisaron lo mucho que podía raspar el terciopelo
aún espera caer un águila entre el cielo promete a betcebé, esta parodia de david mas si antes tomaste el jugo de su vid hoy tus aliados sonrien con rostros de hielo...
Fuerza Túnez, fuerzaancestros, que este sea su Mayo, su Cordobazo, no aflojen, no cedan, van a querer engañarlos, venderles una maqueta de estado, van a querer lavarselas manos, yvana aparecer aliados de repente listos asacarla mayor ventaja, pero no se rindan, mantengan la fuerza en su pueblo!
Perdiendo el tiempo... Arcilla en la mente de Borges a Cátulo moldeada con las aguas del río de Heráclito
Hace poco visité a mi bisabuela, cuando me preguntó por mi madre le respondí que estaba en Claromecó (ciudad ahora conocida por la propaganda), mi bisabuela entonces sonrío, y me comentó que cuando eran jóvenes, con su esposo y una familia de amigos, habían ido en auto hasta por la playa hasta aquel pueblito, hace muchos años.
Paso un buen rato, antes de que de mi mente pudiera dejar de superponer el cuerpo débil y cansado de mi bisabuela con la imagen de una mujer joven, rebosante de vida, cubierta con alguno de esos vestidos gráciles de los años 30, y un peinado sofisticado, una pequeña versión sirio-argenta de Marilyn Monroe, parada en un o de esos autos antiguos, sonriendole al viento y al océano, mientras su esposo, de traje, maneja por la costa de arena.
Lo lamento mucho por mi bisabuela, a su edad y en su estado, los recuerdos son lo único que le quedan, y ella de a poco está perdiendo la memoria, sin embargo la sonrisa que resplandeció en su rostro cuando, por un instante, ella se transportó a su visión de aquel recuerdo, fue lo suficientemente fuerte como para saber, que al menos, por ahora, todavía posee esa bendición, la de por escaparse a los mejores tiempos de su vida, y recordar las playas desiertas, el viento y el mar de claromecó, ahora que no quiere salir más de su casa.
tu música tiene tantos matices, paroxismo de mil percepciones juega con sus suaves corazones de nácar y plata, un día son sútiles olas de terciopelo otro día la crudeza animal del dragón un día la lenta progresión del medioveo otras el percusivo latir de un corazón
De entre los muchos misterios que pueblan Buenos Aires, quiero referir a uno puntual, y a una historia que llegó a mis oídos sobre este. Es sabido que en alguna parte de la estación Constitución fantasma del subterráneo, crece una planta de propiedades inigualables, respecto a cómo llegó allí nadie lo sabe aunque se dice que es proveniente del Tíbet, o de la selva hindú; cómo fuera, la planta habita alguno de aquellos túneles perdidos al hombre y es sabido qué quién logre conseguir una flor de la misma y logre aspirar de su humo sagrado, sentirá como los mismos dioses en su lejano Olimpo.
La historia a la que refiero tiene como personaje a un joven y prometedor artista; guiándose por antiguos mapas escondidos en las catacumbas de la biblioteca nacional, entre los escombros del viejo palacio presidencial, él logró encontrar la planta, y extrayendo uno de los cogollos divinos, se lo llevo a su hogar dónde lo preparó adecuadamente. Así me han contado el cuento.
Fumó una sola y lenta seca. Late y late su corazón, estalla en un remolino de mil sensaciones, toma la máquina de escribir, pues se siente lleno de inspiración y paciones, tipeó las palabras en rima, prosa, verso, cuento, guión y novela, ayudado por el whisky y el café, pasó la noche entera escribiendo en vela, y aunque parecía la negra tinta emanar desde sus mismas venas, no lograba alcanzar a describir tantas imágenes y tantas escenas, a pintar con signos y fonemas, tantos recuerdos y momentos, presentes pasados y futuros; buscó entonces lápices y pinceles, y comenzó a dibujar en los lienzos y en los muros,retratos y paisajes, escenas grotescas de comedia; y de drama, hermosas, sin llegar a expresar su pasión en aquellas torpes figuras borrosas, el torbellino de odio, amor, tristeza, alegría, furia e ira; entonces buscó el tambor, la flauta, el piano, el arpa y la lira, con tonos, ritmos y compases buscó en el sonido una cura, y por momentos hasta sintió llegar al ansiado cenit de su locura,pero cuando finalmente la calma le parece ya cercana; un arrebato, una explosión, y mil y un emociones de él emanan, no puede soportar tal situación, colapsan sus sentidos, decide huir, quiere alejarse, sin importarle cual sea el destino, así llega hasta los lejanos campos; derrotado ya, sobre la hierba se tira, y clavados sus ojos hacía el sol del mediodía, finalmente su cuerpo expira.