Una odalisca que baila, rock para melancólicos.
Digamos que era la idea. Casi.
Por primera vez el humo espeso fue amargo al paladar aunque dulce al olfato.
Pum, pum, pum; pum, pum.
¡Santos tritones bábaros Batman!
Me está matando, ese puto rock para melancólicos.
Ese maldito pulso...
Y esa calentura que está tibia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario